Cuando una empresa no es
dirigida por sus dueños ocurre que ocupan su lugar personas delegadas en
quienes los dueños o accionistas confían la marcha del negocio. Pocas son las
grandes empresas o transnacionales que tengan a sus máximos accionistas
dirigiendo las mismas. Ha nacido así una nueva casta en el sistema de clases
sociales, la de los ejecutivos. Personajes que no arriesgan nada y que en caso
de despido son profusamente compensados económicamente. Premiando así su
incompetencia, mala gestión o cuando no,
apropiación indebida de fondos. Ejecutivos con inmenso poder dirigen hoy el
mundo.
Desde que trabajo al
servicio de transnacionales nunca había visto tantos cambios ni tan continuos
de ejecutivos, como los que vengo observando en Alstom. Tampoco tanta
burocracia.
Esta semana pasada hemos
vivido un episodio algo esperpéntico que ha dejado en evidencia tanto a la
cúpula ejecutiva de Alstom Renovables (fábrica de Galindo) como a sus superiores,
quienes quieran que sean. En la maraña burocrática y ejecutiva de Alstom, a
saber quién toma las decisiones.
A principios de semana el
responsable de Recursos Humanos de Galindo por medio de una nota, convocaba al
Comité de Empresa para dos reuniones. La primera para el viernes 28 de junio
con el fin de dar “inicio del proceso de información de la venta de Ring Motors”.
La segunda para el lunes 1 de julio para presentar el “Plan Industrial de Hydro”.
Reunido el viernes el
Comité en pleno con las dos personas que representan a Alstom Renovables en
Galindo; estos les dicen que nada de lo previsto se puede iniciar ya que no
pueden informar de nada debido a que aún no se ha firmado el “preacuerdo” entre Alstom
y ABB.
Se repite así un episodio ya vivido en un proceso de
demora de información que dura ya seis meses, desde que se conocieran las
negociaciones entre ABB y Alstom que supondría la división en dos de la actual
plantilla de Galindo.
El Comité de Empresa, ninguneado, ha respondido con un
comunicado en el que manifiesta haber sido engañado y denuncia la falta de
respeto de los ejecutivos hacia la plantilla de Galindo. Anunciando que el
lunes (mañana) se reunirán en sesión permanente para adoptar acciones.
A la vez es el propio Comité quién difunde una nota con
el membrete de Alstom Renewable Power con firma de “La Dirección” y sin sello
alguno, en el que “La Dirección” informa a los empleados que mientras no haya
preacuerdo firmado entre las dos partes están sometidas las negociaciones a
absoluta confidencialidad y que por tanto no se puede iniciar el período de información
y consultas.
Uno duda ya de si “las partes” conocen el idioma o
el significado de ciertas palabras. El pasado 4 de junio el Comité informaba
que “La Dirección”, en este caso el responsable de Recursos Humanos único
representante en la reunión, les había manifestado que “no se va a producir
ningún despido, ni reestructuración, ni reubicación de trabajadores, pues no es
ningún expediente”. ¿Entonces a santo de qué, vienen esos legalismos aplicados
en caso de EREs.?.
Alstom o algunos de sus ejecutivos están ganando tiempo
siguiendo una estrategia que no augura resultados buenos para los trabajadores.
La falta de claridad y sobre todo el no dar la cara para explicar el momento
que vive la factoría, con toda la plantilla cuando menos incómoda por la
situación y por la falta de perspectivas para el futuro más próximo, han
llevado a que “La Dirección” haya perdido toda credibilidad. En esta situación
y aunque las fechas no sean las más propicias, a los trabajadores de Alstom
Galindo nos toca tomar iniciativas.
Y vuelvo a la carga con lo manifestado en entradas
anteriores de este blog. El Comité no puede erigirse en el elemento
protagonista de la acción, ha llegado el momento de que el conjunto de la
plantilla, personal de oficina, taller y mandos intermedios de Galindo, tomemos
en nuestras manos nuestro destino. El Comité de Empresa, los sindicatos, deben
convocar a toda la plantilla a una asamblea, para, entre todos, adoptar las
medidas necesarias para romper la estrategia
de la Empresa de dilación de la información que por otra parte lleva a la
parálisis productiva. No bastará con paros simbólicos, habrá que tomar una
medida contundente. Si no, a esperar a septiembre a verlas venir.
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