Esta semana pasada los trabajadores del sector metalúrgico
hemos vivido una situación insólita, única, en los años que llevo trabajando.
El despropósito sindical ha sido absoluto. Todos los
sindicatos, todos, han esperado a los últimos días de plazo que concede la
última reforma laboral para intentar forzar un acuerdo de convenios
provinciales y de empresas. En algunos casos llevan años con las negociaciones
bloqueadas y en medio de una gran división sindical.
Las convocatorias de huelgas se suceden desde diversas
organizaciones sindicales, con variados reagrupamientos ocasionales pero
manteniendo siempre la división. Así mientras unos convocan unos días, otros
convocan días diferentes y por distintos objetivos.
Convocatorias hechas desde las cúpulas sindicales sin
tener en cuenta a los trabajadores y afiliados de base. Sin tener en cuenta la
realidad de las empresas. Sin tener en cuenta que hay seis millones de parados
y otros cuantos millones de trabajadores con trabajos en precario. Sin llevar a
cabo ningún trabajo de reagrupamiento de fuerzas en los centros de trabajo. Limitándose
a llamamientos con carteles y soflamas genéricas editados desde las centrales o
mediante ruedas de prensa.
Así se ha llamado al paro de 24 horas por un Convenio
Provincial del Metal, del que los trabajadores con convenios de empresa
desconocemos incluso que es lo que se reivindica y quienes constituyen la mesa
negociadora. Las mismas organizaciones que boicotean los llamamientos a la
huelga general contra la Reforma Laboral de Zapatero y Rajoy, llaman al paro
general del sector de metal para evitar que se aplique la Reforma en lo
concerniente a la negociación de convenios. El sindicato mayoritario ELA
convoca por separado y por lo mismo en distintos días apenas unas semanas después
del fracaso de su convocatoria junto con LAB y otros, de un paro general
de 24 horas.
Son llamamientos en falso, para lavar la imagen de una
incompetencia absoluta por parte de las direcciones de los sindicatos
mayoritarios CCOO, UGT, ELA y LAB. Los minoritarios apenas cuentan, corren
detrás de los citados habiendo perdido incluso su espíritu crítico y rebelde.
Y sin esa rebeldía y crítica del sistema es imposible
enderezar el rumbo que llevamos hacia el desastre más absoluto.
No sé cual ha sido el balance real del paro del sector
del Metal, convocado un viernes para añadir el incentivo de un fin de semana
largo, solo lo que he vivido en la empresa donde trabajo. En esta ocasión creo
que la realidad está más cerca de los datos aportados por las patronales que
por las centrales sindicales.
En Alstom Renovables fábrica de Galindo, considero a ojo sin datos
objetivos, que la huelga del metal la secundó un tercio de la plantilla,
trabajadores afiliados a los sindicatos convocantes el resto desoyó el
llamamiento. Y no es extraño que haya sido así viendo el comportamiento de los
sindicatos en la fábrica.
En entradas anteriores he ido relatando la situación
que vivimos los trabajadores de Alstom de diferentes centros de España. En
Galindo aún estamos a la espera de notificaciones sobre la supuesta y más que
posible división de la plantilla en dos y sus consecuencias. Digo supuesta
porque no sabemos en qué consiste y cuál es el alcance de las negociaciones
entre Alstom y ABB.
Al comenzar el plazo de negociación de los ERES de
Alstom Wind. En Galindo cesaron las movilizaciones impulsadas desde el Comité
de Empresa por CCOO.
El comunicado del Comité tras la reunión mantenida
entre el Presidente de Alstom España y el presidente y secretario del Comité de
Empresa, 16 de mayo de 2013, decía:
-
Carole
Le Couedic (Directora de Alstom Renovables Europa) y Martín Courtemanche
(Director de Small and Medium), se reunirán a partir de este lunes 20 para
revisar el Pal industrial.
-
El
objetivo es presentarnos el Plan Industrial antes de finales de julio.
-
No
hay ninguna relación directa entre Wind e Hydro a pesar de ser ambos
Renovables. Somos centros independientes y como tales no nos afectan los EREs
de los centros de Wind.
-
Nuevamente
nos han transmitido su seguridad de que se cuenta con la planta de Galindo para
seguir realizando nuestra actividad (sin Ring Motors), y que nuestra imagen en la al alta Dirección de
Alstom es muy buena.
El 28 de mayo en un
Comunicado Interno,Alstom notifica la “Presentación de los Expedientes de
Regulación de Empleo en Wind”. 356 despidos y expediente de Regulación Temporal
de Empleo en el centro de Buñuel (Navarra).
El 29 de mayo el Comité de
Empresa de Galindo notifica:
-
La Dirección informa que el viernes 31 de mayo se prevé llegar a un preacuerdo
Alstom-ABB. De producirse dicho preacuerdo, se iniciará el período de
información y consultas, la semana siguiente.
-
Este período de información y consultas constará de varias reuniones en la que
se entregará la información pertinente, entre ello, el plan industrial de
Alstom y el de ABB.
Y finalmente el 4 de junio
el Comité emite nuevo comunicado:
-
No se ha efectuado el preacuerdo entre Alstom y ABB previsto para el viernes 31
de mayo.
-
El Plan Industrial está hecho y con el visto bueno de la alta Dirección de
Alstom Europa y será entregado a la firma del preacuerdo al Comité según marca
la Ley.
- Siguen confirmando que no se va a producir
ningún despido, ni reestructuración (sic), ni reubicación de trabajadores (sic),
pues no es ningún expediente (sic).
He sido incapaz de darle
algún tipo de coherencia, con relación a la división Alstom –ABB, al último
párrafo del comunicado. Así que lo dejo a la deducción del lector.
El Comité de Empresa de
Alstom Renovables fábrica de Galindo los componen 4 representantes de CCOO, 3
de la Plataforma de Independiente (todos del sector de oficinas), 3 de ELA, 2
de ESK y 1 de UGT. Además suelen estar también representados 1 delegado
sindical por CCOO, ELA y UGT. Es decir que ningún sindicato tiene una mayoría.
El presidente es de CCOO y el secretario de PI. Si hasta ahora CCOO impone su
línea es porque cuenta con apoyos bien de unos bien de otros, cuando no de
todos.
La característica
principal de la acción sindical de Alstom Galindo es que el Comité, ahora y en
períodos anteriores, es contrario a la convocatoria de asambleas del conjunto
de trabajadores. Las decisiones las toman ellos y al resto de trabajadores nos
dan la opción de secundarles o no, pero rehúyen de todo tipo de relación
directa y de debate conjunto de toda la plantilla para decidir sobre el futuro.
De esta manera tan democrática se firmaron los últimos Convenios de Empresa.
Últimamente un nuevo
filtro se ha interpuesto, la dirección de Galindo transmite las novedades al
presidente y secretario del Comité y este al resto del Comité. Además también
existen relaciones directas con los responsables de CCOO y ELA que hayan
transcendido entre los trabajadores.
Las nuevas generaciones de
trabajadores consideran normal este tipo de sindicalismo porque para la mayoría
el sindicato es algo equivalente al seguro de vivienda o del coche. Una cuota
que hay que pagar para estar asegurado de riesgos laborales como sanciones o
despidos. En Alstom Galindo hay una ruptura generacional de 20 años entre los
veteranos con más de 40 años de cotizaciones y el resto la mayoría
reincorporados a través del Contrato Relevo desde el año 2000. De 300
trabajadores más o menos, 27 superan los 55 años el resto de la plantilla es
más joven aunque se hayan incorporado a la fábrica con edades que superan con
mucho los veinte años.
Cuando el sindicato les
llama a parar lo hacen sin cuestionar nada, solo les frena un poco las pérdidas
económicas que supone cada paro. Por otra parte el sindicato ya no cumple la
función de fomentar lo que se llamaba “conciencia de clase” se limita a ganarse
afiliados y a comunicárselo a la empresa para que descuenten las cuota sindical
de la nómina. Luego dicen que la Ley de Transparencia no debe meterse en sus
cuentas; cuando son los empresarios los que gestionan el cobro de sus cuotas y
saben de sobra cual es el potencial económico de su afiliación. Lo que no
quieren que se sepa es el origen del resto de su tesorería.
En la convocatoria de paro
del Metal, ellos lo llaman huelga, CCOO, ESK y ELA se limitaron a colocar
algunos carteles y panfletos en los tablones de anuncios. La llamada Ejecutiva
de la sección sindical de CCOO se reunió y por votación de sus miembros
decidieron no sumarse al paro. Posteriormente los favorables a seguir la
directriz de la central hicieron campaña boca a boca entre los afiliados para
conseguir apoyos. De tal forma que unidos a otros miembros del Comité
favorables a la misma, consiguieron in-extremis una reunión del Comité el cual
sacó una nota, al término del relevo de maña del día anterior al paro, en la cual se “invitaba” a los trabajadores a secundar las
movilizaciones y la manifestación de Bilbao. No consiguieron parar la fábrica
como ya he manifestado anteriormente.
Cada día está más claro que la única preocupación real
de los burócratas que ocupan responsabilidades es la supervivencia del propio
sindicato. El sindicato como fin en sí mismo, no como organización de los
trabajadores para conseguir mejoras en sus condiciones de vida y laborales.
La crisis económica y política ha puesto al descubierto
la debilidad de los sindicatos. Debilidad programática e ideológica sobre todo.
No presentan alternativas, ni siquiera de lucha coherente, sólo exigencias cada
día más abstractas para acabar aceptando lo que la realidad impone e incluso
por debajo de lo posible.
Los sindicatos, comidos por la corrupción, hacen
llamamientos al aire, vacíos de contenido con el único fin de presentarse ante
sus afiliados como que están haciendo algo por ellos cuando no dan un solo paso
en positivo en esa dirección.
He escrito anteriormente “lo que la realidad impone”
pero esto necesita de una explicación. La “realidad” es el resultado de una
correlación de fuerzas. Y esa correlación de fuerzas se inclina en una u otra
dirección en función de los actos que realizan dichas fuerzas.
Que hacer, escribió Lenin. ¿Qué estamos haciendo, pregunto yo?.
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