jueves, 28 de marzo de 2013

Desde mi ventana



Circunstancias familiares me han obligado a permanecer practicamente encerrado en unos pocos metros gran parte del día, la otra parte la paso trabajando, encerrado también entre las paredes de un taller.
Me he convertido en un observador forzoso  y pasivo de mi entorno,  por lo que emprendo este blog con la intención de hacer un poco de ejercicio mental ya que salir a la naturaleza y ejercitar  piernas y pulmones lo tengo bastante más difícil.
Decía Meursault , el personaje creado por Albert Camus en la obra El Extranjero, “que un hombre que no hubiera vivido más que un solo día podía vivir fácilmente cien años en una cárcel. Tendría bastantes recuerdos para no aburrirse”.
Una reseña literaria de Antonio Muñoz Molina, sobre  el libro “ The Forest Unseen” del biólogo David Haskell,  me dio el empujón para que  desde mi “mandala”  pueda intentar la aventura de describir en esta bitácora mis impresiones sobre lo divino y lo humano.
He visto, desde las ventanas de mi encierro, todo el esplendor  del verde de los plátanos, he visto como morían sus hojas, como solo quedaba el esqueleto que las sustentaban y ahora veo brotar las yemas de nuevas hojas y ramajes.
Ha llegado de nuevo la primavera y también prosigue la destrucción del paisaje de Ondiz.